Permanecer firmes a los pies de la cruz es dar testimonio del propósito para el cual Dios creó al mundo. Frente a la cruz solo podemos estar con la cabeza inclinada y el espíritu quebrantado. Es ahí donde vemos desplegados los atributos de Dios.
En "Clamores desde la cruz", Erwin Lutzer nos desafía a abrazar la cruz, no solo como el único medio de salvación, sino como un estilo de vida. Usted descubrirá que la parte de la cruz que no aceptamos llevar es la que nos impide pertenecer al Reino de Dios. Cuanto más ligera sea nuestra cruz, más débil será nuestro testimonio.